lunes, 27 de abril de 2020

⚝LA PANDEMIA DE CÓLERA DE 1838 EN ATENCINGO⚝


LA PANDEMIA DE CÓLERA DE 1838 EN ATENCINGO


Por Óscar Cortés Palma


En 1832 se desató una severa epidemia de cólera en París, Francia, antes se había desatado en otros lugares del mundo.


En el año de 1833 el cólera llegó a México, y en 1838 el cólera morbus llegó a Atencingo. En ese entonces el cólera era una enfermedad desconocida, no tenía cura, no existía vacuna. Los pobladores se asustaron.


En Atencingo se esparció el rumor de que los extranjeros franceses habían contaminado el agua y por eso la gente enfermaba de esa extraña enfermedad.


El 31 de agosto de 1838, en Atencingo en el partido* de Chietla, los dependientes y trabajadores de la hacienda se sublevaron, amotinados, lincharon a cinco franceses residentes en el lugar.


La familia de franceses residía en el pueblo desde años, eran comerciantes ambulantes de baratijas. Las noticias del cólera en París circulaban en los periódicos.

Alguien relacionó la enfermedad con la nacionalidad, y los acusó de transmitir aquel padecimiento, desconocido e implacable.


Los pobladores afectados por el pánico y la psicosis colectiva no entendieron razones, lincharon a los cinco franceses junto con dos mexicanos que intentaron salvarlos tratando de disuadir a la feroz turba para dejarlos en libertad.


Debido al caos reinante, la gente no sabía qué hacer, colocaron veladoras a los santos.


Francia protestó, y exigió la reparación del daño para sus connacionales: quince mil pesos para las familias de los cinco franceses linchados por la turba, junto a más indemnizaciones por más perjuicios: como el robo de pasteles, palas, azadones y más a otros comerciantes franceses, dando un total de 600 mil pesos más créditos y abonos. 


Para presionar al gobierno mexicano, la marina francesa bombardeó el puerto de Veracruz, en dónde el general Antonio López de Santa Anna perdió una pierna.


El general Antonio López de Santa Anna convertido, por un momento, en héroe nacional, debido a sus heridas, se catapultó a la esfera política nacional de nuevo. El pueblo olvidó lo que hizo Santa Anna cuando fue presidente del país dos años antes, cuando capturado aceptó reconocer la independencia de Texas para recobrar su libertad en el año 1836.


Después de bombardear el puerto de Veracruz, la marina francesa se retiró con la promesa de resarcirse los daños.


Regresando al tema, como consecuencia de la epidemia de cólera, se crearon organismos vigilantes del cumplimiento riguroso de la higiene en los bebederos del país.


Se inició una campaña masiva de recomendaciones de limpieza e higiene para evitar el contagio del cólera.  Se colocaron carteles y anuncios.

Aunque debido a la ausencia de un tratamiento, los periódicos difundían consejos falaces e improvisados para prevenir o “curarlo”. Los políticos del Partido Conservador aprovecharon la pandemia para decir que era un castigo del cielo debido a que ellos no estaban gobernando.


Tardó 20 años en conocerse que provocaba la enfermedad. En el año 1854, en Inglaterra, el médico John Snow descubrió que la infección se transmitía por el agua con desechos humanos contaminados.


La pandemia del cólera quedó registrada en la historia como la mayor epidemia del siglo XIX, causó estragos en los cinco continentes, incluido el país de México.


Texto: Óscar Cortés Palma


Crónica del Municipio de Axochiapan
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