En busca del origen de los tecuanes (1ra Parte)
Por Óscar Cortés Palma
En
ferias patronales de parroquias de más de 150 poblaciones —situadas en los
estados de Guerrero, México, Morelos, Puebla y Oaxaca— se interpreta una
variante de representación tradicional de tecuanes, que he nombrado “representación de tecuanes tipo Coatetelco”,
la he nombrado así siguiendo lo dicho por Fernando Horcasitas que investigó la escenificación
de tecuanes de Coatetelco del que solo le faltó registrar un personaje, el
“risueño”. En esta variante de representación de tecuanes se utiliza el mismo
modelo de coreografía, vestuarios, personajes, diálogos e instrumentos
musicales.
Con
base a estas semejanzas, supe que los tecuanes fueron inventados por personas,
en un lugar y fecha determinada, y después fueron enseñados en otras
poblaciones en donde, algunas personas la aprendieron, les gustó y la adoptaron para dar
alegría a sus fiestas patronales. Desde entonces las continuaron actuando año
con año sin modificar esencialmente el
argumento de la comedia que habían aprendido.
Mas
ahora emerge una cuestión ¿Quiénes inventaron la representación de tecuanes tipo
Coatetelco y quienes la divulgaron?
Para
responder esto, visité un gran número de poblaciones en donde se actua esta representación, e interrogé a los adultos
mayores. Ellos me dijeron que ya actuaban de tecuanes desde que eran pequeños,
más o menos por la década de 1950. Para confirmar estas declaraciones investigué
en libros y fuentes escritas.
Supe
que el antropólogo Fernando Horcasitas había investigado la distribución de los
tecuanes en la década de 1970, y al comparar su investigación con la que hice en
años recientes, pude ver que coinciden. Esto es, en más de 45 años —del año
1970 al año 2017— el mapa de distribución de tecuanes casi no tuvo modificaciones,
lo que nos indica que esta representación, en las últimas décadas, se ha propagado
muy lentamente puesto que han sido pocas las poblaciones nuevas que la han
adoptado e asimismo pocas poblaciones han dejado de actuarla.
Jolalpan,
Puebla, en donde hasta la década de 1950 actuaban los tecuanes acompañados con
la música del pitero Felix Tiempos, es un ejemplo de las poblaciones que han
dejado de actuarla.
Cosa
contraria ocurre con el brinco de Chinelos que emergió a mediados del siglo XIX
y en las últimas décadas se ha popularizado mucho, coexistiendo con los tecuanes,
por lo que considero que en unos años más habrá superado a los tecuanes en
distribución. Esto es, el brinco de Chinelos está de moda en las fiestas
patronales, como probablemente estuvieron los tecuanes en algún periodo de la
historia.
Al
continuar investigando en fuentes escritas y orales encontré un manuscrito
escrito en náhuatl mixto con incrustaciones de español de España que Fernando
Horcasitas tradujo al idioma español mexicano a finales de 1970. Y asimismo
supe que ya se acostumbraba escenificar tecuanes en Coatetelco en el año de
1910, puesto que así lo registra otro manuscrito de la época publicado por
Elfego Adán en los Anales del Museo Nacional de Arqueología e Historia y que
está escrito en náhuatl mixto conincrustaciones de español de España,
Elfego
Adán no solamente registra los diálogos de la escenificación de tecuanes sino
que igualmente registra los diálogos de la representación de vaqueros de Coatetelco
en el año de 1910.
Además
de los precedentes manuscritos, hay otra investigación publicada por Antonieta
Espejo que interrogó, en el año de 1955 a don Efrén Jiménez Ariza, nacido en
1891, que mencionó que los tecuanes ya
se escenificaban en Acatlán de Osorio por el año de 1888. Hay que aclarar que
esta es otra variante diferente a la representación de tecuanes tipo
Coatetelco, mas es interesante citar este dato porque las fuentes orales de ese
lugar enclavado en la mixteca, dicen que la escenificación de tecuanes de
Acatlán de Osorio provino de una población nahua. Y en Tlalixtaquilla, Guerrero
ya se escenificaba los tecuanes por el año de 1860.
También
por fuentes orales, conocemos que la representación
de tecuanes ya se actuaba antes de la revolución mexicana en Axochiapan, tal
como nos comentó Arturo Mozo Chino, quien
nos mencionó que su padre, Víctor Mozo Jacinto,
actuaba en esta escenificación. Otra fuente oral de la que dispongo
proviene de Tetelpa, allí el encargado de este espectáculo —Florentino Sorela
Severiano— mencionó que aprendió la representación de tecuanes de su padre
—Lidio Sorela— quien la aprendió de su abuelo —Ramon Sorela—, quien ya la escenificaba
desde antes del año de 1895, por tal motivo celebraron el centenario de la representación tradicional de tecuanes de
Tetelpa en el año de 1995.
Con
esta información podemos darnos cuenta que la representación de tecuanes ya se actuaba a finales del siglo XIX
en lugares alejados entre sí como son las
poblaciones de Coatetelco y Tetelpa, que distan de Acatlán de Osorio en aproximadamente
200 kilómetros y de Tlalixtaquilla en 300 kilometros; y la población de
Axochiapan que dista de las demás poblaciones en un rango de 70 a 200 kilómetros.
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