⚫MARÍA PASCUALA. LA ÚLTIMA ESCLAVA DE MÉXICO ⚫
Por Óscar Cortés Palma
Antes de morir, María Pascuala escuchaba los rayos y la lluvia cayendo en el cerro de Chalcatzingo.
María Pascuala (fallecida el 21 de junio de 1880) es recordada como la última esclava afrodescendiente registrada en la República Mexicana. Murió en 1880, con más de cien años de edad.
La prensa de la época aseguraba que alcanzó los 135 años, aunque no contamos con documentos suficientes para confirmarlo.
ORIGEN
Se desconoce si María Pascuala llegó de niña desde África o si nació en la Nueva España, hija de padres africanos esclavizados.
Los periódicos dijeron que María Pascuala trabajó en la Hacienda de Santa Clara Montefalco desde los tiempos en que se levantó el ingenio azucarero.
Con la abolición de la esclavitud en 1829, obtuvo su libertad. Aun así, permaneció en la hacienda, quizá porque ya no tenía familia, o porque toda su vida transcurrió allí.
MARÍA PASCUALA, MUJER AFRODESCENDIENTE
María Pascuala era negra de ancestros africanos, pues en la época colonial la esclavitud estaba permitida solamente para personas de ese origen. Los esclavos podían:
• comprar su libertad,
• liberarse por trabajo,
• o nacer libres si uno de los padres ya lo era.
TRABAJO FORZADO
Con la llegada de los españoles, los pueblos indígenas fueron obligados a pagar tributo, además, mediante negociaciones y violencia, los pueblos fueron forzados a aportar el cuatro por ciento (4%) de sus habitantes masculinos a las minas de Tlaucingo, Huautla, Taxco y Sultepec.
Cada pueblo enviaba una cuadrilla, rotándola cada semana, muchos enfermaron y murieron, otros huyeron a la serranía. otros fueron expulsados de sus pueblos por rebelarse. El trabajo en las minas duraría hasta que se extraía toda la plata. Para el año de 1630, habían fallecido al menos el 80% por ciento de los indios de la comarca por sobreexplotación y epidemias traídas de Europa, Asia y África.
El gobierno censaba a los pueblos, para que, de acuerdo con su población, enviaran personas a trabajar gratuitamente a las minas de plata cercanas.
No obstante, algunos pueblos solicitaban prorrogas a su Señoría (al virrey), por un año o varios años, cuando estaban construyendo su iglesia. Entonces, llegaba el Corregidor de Cuernavaca a supervisar la construcción de la iglesia, y lo que avanzaban en un año y si los indios se ocupaban en hacerla; de todo debía enviar relación jurada.
Los empresarios españoles se aprovecharon de la tradición antigua del coatequitl o tequio (trabajo voluntario para obras de interés comunitario) que antes se usó el trabajo comunitario para la construcción de templos y canales de riego de México-Tenochtitlán.
Ahora era para trabajar las minas de plata y para continuar construyendo templos.
CAMBIA EL PAISAJE
Antes de la invasión española, se cultivaba: algodón, papel amate, chía, amaranto, frijol, calabaza.
Elaboraban ropas de algodón que vendían en los tianguis. Y otro tanto enviaban como impuesto a México-Tenochtitlán. Todo esto cambió con la llegada de los españoles.
Cañas de azúcar tapizaron los campos. El azúcar de la región fue un éxito comercial mundial. Conforme crecía la producción de caña de azúcar y aguardiente se exacerbaban los conflictos por los campos.
Así que los ranchos españoles trasformaron el paisaje. Montes y campos se poblaron de: vacas, caballos, cerdos, ovejas, chivos y gallinas.
ESCLAVITUD EN LA NUEVA ESPAÑA
La esclavitud en la Nueva España tuvo dos formas principales: La población indígena fue sometida a trabajos forzados, aunque legalmente no podían ser esclavizados.
La esclavitud legal, en cambio, estaba reservada exclusivamente para personas de origen africano. Miles de hombres y mujeres fueron arrancados de África y traídos en barcos negreros para trabajar en haciendas, ingenios azucareros y casas de españoles ricos.
Poco a poco, comenzaron a instalarse empresarios agropecuarios españoles. Los empresarios españoles comenzaron a solicitar tierras baldías que antes de las epidemias pertenecían a los indígenas.
LLEGADA DE ESCLAVOS AFRICANOS
Como murieron muchos indígenas a causa de las epidemias y explotación, los empresarios agropecuarios españoles trajeron esclavos negros de África para trabajar en las minas, en los cañaverales, y en la ganadería, con el tiempo, algunos de los descendientes de los esclavos obtuvieron su libertad.
LOS HIJOS DE LA LIBERTAD
Muchos hombres y mujeres esclavizados se casaban con indígenas o mestizos para que sus hijos nacieran libres. Por eso, el mestizaje afroindígena comenzó desde los primeros años de la esclavitud en América. Casarse entre esclavos no convenía, pues los hijos heredaban la condición de esclavitud.
En cambio, al unirse con indígenas, mestizos, criollos o afrodescendientes libres, la descendencia nacía libre. Es importante señalar que algunos esclavos estaban casados con mujeres libres, lo cual generaba situaciones complejas.
Los hijos de estos matrimonios nacían libres, aunque su padre siguiera siendo esclavo. A pesar de eso, los esclavos podían comprar su libertad, algo que muchos intentaban. En varios casos también se observa mezcla entre mulatos y mestizas. El mestizaje estaba en su apogeo. Y cada vez fue más difícil distinguir quién era que.
ESCLAVOS DE LA HACIENDA DE SANTA CLARA MONTEFALCO (año 1768)
La Hacienda de Santa Ana Tenango y Santa Clara Montefalco fueron propiedad de Joseph Antonio Zalvide Goitia, contaba en su mayoría con esclavos negros. También trabajaba en ella unas cuadrillas de indígenas. Se comparte una imagen del censo de los esclavos de la hacienda Santa Clara Montefalco del año 1768 .
Como María Pascuala, según los periódicos que registraron su muerte en 1880, había estado en la hacienda de santa Clara desde su fundación, es probable que haya conocido y convivido con algunas de estas personas esclavas. Llama la atención la gran cantidad de esclavos que había en estas haciendas hacia finales del siglo XVIII, casi 53 años antes de la Independencia de México. Solo en la Hacienda de Tenango vivían 140 familias esclavas, en su mayoría sin hijos, según el censo. Algunas mujeres que vivían con esclavos no eran esclavas.
¿ESCLAVOS NEGROS, MULATOS... y MESTIZOS?
Casi la mitad de los esclavos eran negros y negras, y una tercera parte mulatos y mulatas. Lo sorprendente es que también aparecen unos pocos mestizos y castizos registrados como esclavos, algo poco común en los censos de la época, quizá sus padres eran esclavos por eso heredaron la esclavitud, aunque ya no eran de piel negra.
Este hecho demuestra que las castas y los mestizos también podían ser esclavizados, aunque no era lo más común. Por el contrario, no se encontró a ningún indígena registrado como esclavo, ya que estaba prohibido legalmente esclavizar indígenas. Sin embargo, es probable que algunos indígenas sí lo fueran de manera ilegal, bajo otras formas de trabajo forzoso.
LA CUADRILLA DE INDÍGENAS
En el censo aparecen registradas cuadrillas de indígenas, y todo indica que estaban sometidos a trabajo forzado. Dado que la ley no permitía registrar indígenas como esclavos, posiblemente se les etiquetó como "cuadrilla" para disfrazar esta realidad.
¿UN MAESTRO DE ESCUELA ESCLAVO?
Llama la atención el caso de Bernardo de la Cruz, un esclavo registrado con el título de maestro de escuela. ¿Era maestro solo para los esclavos o también enseñaba a indígenas, mestizos o incluso europeos? No lo sabemos aún, pero sí se sabe que algunos esclavos aprendían a leer y escribir, y en ocasiones llegaban a ocupar funciones educativas sin dejar de ser esclavos o compraban su libertad.
ESCLAVOS CON APELLIDOS
En esta muestra parcial del censo, observamos que unos pocos esclavos tenían apellidos, algo raro en esa época. La mayoría de la población no contaba con apellidos, pues hasta después de las Leyes de Reforma, en la segunda mitad del siglo XIX, se obligó a la gente a tener apellidos legales.
Muchos adoptaron los apellidos de sus padrinos, de sus antiguos amos o simplemente nombres comunes. Pero en el caso de los esclavos, negros, mulatos, ¿Y mestizos? sus apellidos fueron impuestos por sus amos, lo cual nos ofrece pistas sobre las familias propietarias.
NOMBRES MÁS COMUNES ENTRE LOS ESCLAVOS
Aunque esta es solo una muestra parcial, se detecta que los nombres más comunes entre los esclavos de la hacienda de Tenango eran: María, Ana, Gertrudis, Michaela (Micaela); y Joseph, Antonio y Juan.
Entre los nombres de esclavos hay gran variedad, así que casi están empatados con otros nombres.
Como podemos observar, la mayoría de los esclavos no tenían apellidos, solo algunos esclavos tenían apellido y se apellidaban Peña y González, hay que recordar que el apellido de los esclavos se lo otorgaba su amo y ya después los esclavos iban heredando el apellido de su amo.
DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA
Tras la independencia y la abolición de la esclavitud en 1829, las haciendas cañeras se ajustaron a las nuevas leyes. Aunque María Pascuala obtuvo su libertad, permaneció en Santa Clara Montefalco, donde el nuevo propietario, Joaquín García Icazbalceta, le asignó una pensión para su vejez.
Se desconoce si ella, o alguien cercano a ella, participó de alguna forma en la lucha de independencia.
HACENDADO HISTORIADOR
Joaquín García Icazbalceta (1825–1894) fue un reconocido historiador y terrateniente. Según la prensa, María Pascuala habría nacido hacia 1745 si realmente vivió 135 años. De ser así, ella sería 80 años mayor que Icazbalceta.
Dado que esta cifra es inverosímil, se maneja un rango más prudente: entre 40 y 80 años de diferencia. Es probable que Icazbalceta conversara con ella sobre la vida colonial, pues era una memoria viviente de los tiempos del virreinato e Icazbalceta era historiador.
TODA UNA VIDA EN EL CAÑAVERAL
El 21 de junio de 1880, María Pascuala murió con más de un siglo de vida. Vivió prácticamente toda su existencia en la hacienda, donde presenció:
• el funcionamiento del ingenio,
• el uso del trapiche,
• la producción de azúcar, piloncillo
• y también alcohol (aguardiente de caña), pues los ingenios de la región producían estos subproductos a partir de la miel o melado.
• además del trabajo de cuadrillas cañeras en los extensos campos de caña.
No sabemos con certeza si fue arrancada de África o si nació ya en la Nueva España, pero su vida quedó unida para siempre al mundo de las haciendas azucareras a la sombra de los cerros de Chalcatzingo.
¿VIVIÓ 135 AÑOS?
Periódicos como El Siglo Diez y Nueve, Industria Nacional, El Libre Sufragio, El Centinela Español y Voz de México afirmaron que María Pascuala alcanzó los 135 años.
Aunque suena inverosímil, estos testimonios reflejan la admiración que causaba su longevidad . La prensa escribió:
“[María Pascuala] trabajó en la construcción del ingenio [de Santa Clara Montefalco] que cuenta con más de un siglo”.
Años después del fallecimiento de María Pascuala, la hacienda pasó a Luis García Pimentel, quien la perdió durante la Revolución. Con el reparto agrario, el casco se convirtió en dos escuelas: Santa Clara Montefalco y El Peñón.
LA ÚLTIMA ESCLAVA DE MÉXICO VIVIÓ POR CHALCATZINGO
María Pascuala es la última esclava registrada en documentos históricos de México. Aunque pudo haber otros esclavos liberados que vivieron hasta fechas similares, ella es la única cuya muerte fue documentada por la prensa nacional.
✍️ Óscar Cortés Palma
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